09 Jun Sostenibilidad y Empresa
Al comienzo de la década, parecía que 2020 era el año de la sostenibilidad. «Extinction Rebellion» y la niña Greta Thunberg estaban ganando terreno en todo el mundo y las cadenas de suministro de las empresas volvian circulares.
Las organizaciones dieron un lugar preferente en su estrategia de marketing a la sostenibilidad: las iniciativas con un propósito ya no eran ornamentales sino que comenzaban a convertirse en fundamentales para la credibilidad de la marca.
Y cuando digo ornamentales, no tengo más remedio que echar la vista atrás con una sonrisa al año 2007 , durante el cual recuerdo perfectamente trabajar en la estrategia de marketing y ventas de algunas de las primeras colecciones de ropa que denominábamos “verde” en alemán “grün”. Y no, no era como ahora. Entonces no existía el “momento” por ninguna de las partes implicadas, ni los consumidores tenían interés real –era un nicho-, ni tampoco las compañías, desde luego. Recuerdo que hacíamos zapatillas y camisetas que cosméticamente parecían salidas de un granero con un 0,5 % de compromiso medioambiental. Es cierto, que por algo se empieza, pero eso no era el camino ni aportaba valor. Y con razón los comerciales nos tiraban el producto a la cara (en modo figurativo :-)) a los de marketing: las propuestas de producto que costaban 10 – 20 euros más y eran mil veces más feas. Y los de marketing lo sabíamos.
Eran los primeros pasos de bebé, y está claro que había que darlos, aún para para aprender de los errores, como manda la ley.
Así que, al igual que siempre hablo de coherencia cuando hablo de negocios, lo hago cuando se trata de sostenibilidad.
Entonces, ni los productos ni los servicios se estaban rediseñando y revolucionando por un mundo más ecológico en mente. Era todo propaganda, y el consumidor (y el cliente) es sabio, lo es. Las empresas deben, aportar valor y decir la verdad. Nunca me cansaré de decirlo. Creo que entonces no conseguimos ni el 30% del objetivo marcado, y es que, cuando no te lo crees ni tu… siempre sale mal. Mantengamos esto en mente para luego.
De lo que quiero hablar ahora 14 años después, es precisamente de que ahora es distinto, es el momento.
Circunstancias cambiantes
En 2020, vemos con claridad que todo eso ha cambiado, los consumidores, sí que se interesan, las marcas sí que se comprometen, la innovación se dedica mayoritariamente a iniciativas sostenibles, en producto, logística, operaciones.
También es cierto que COVID-19 apareció y eliminó la sostenibilidad del podio del orador por un instante. Sin embargo, ni durante la pandemia, ni cuando las aguas se han calmado, el sentimiento del consumidor por el cambio a mejor, a exigir más responsabilidad a las empresas, ha desparecido.
De hecho, en recientes encuestas realizadas por “Kantar” con 1254 consumidores en el Reino Unido: el 18% de las personas son más conscientes del impacto ambiental de sus acciones debido a COVID-19 y el 20% tomará más medidas para reducir su impacto. Más que nunca, las personas exigen que las empresas tomen medidas y buscan que las marcas asuman un papel activo en la configuración de la narrativa no ya de la llamada de modo cansino y marketiniano -a lo corporate village- “nueva normalidad”, sino de una “antigua normalidad mejor”.
Dicho esto, seguirá habiendo tensión, seguiremos teniendo que aportar VALOR en este deseo por un mundo mejor, en el que existe una tensión entre deseo de las personas de protegerse a sí mismas y a su mundo y el deseo de proteger el mundo. Todos estamos lidiando con las preocupaciones sobre la salud y la higiene y nuestras comunidades están siendo redefinidas.
En una muestra reciente de más de 20,000 publicaciones de Instagram a través de imágenes sociales se encontraron:
- 855mil publicaciones bajo el hashtag “socialjustice”
- 111mil publicaciones con “greennewdeal”
- 90 mil publicaciones bajo “nogoingback”
La gente comparte ideas e inspiración sobre cómo podría ser una nueva sociedad y economía más sostenibles, desde cultivar alimentos localmente hasta personas que van en bicicleta para viajar a las ciudades.
Como siempre, las tensiones de los consumidores crean oportunidades para la innovación. Las marcas deben ver cómo pueden apoyar el mantenimiento y la adopción de hábitos más sostenibles y garantizar que los nuevos comportamientos sostenibles, como el compromiso comunitario, la autosuficiencia y la lentitud de la moda rápida, se mantengan cuando pasen los desencadenantes emocionales. Y no me cansaré de decirlo, la trazabilidad, la dignidad en la cadena de producción, es un cambio que merece la pena.
Sin lugar a dudas, las organizaciones enfrentan varios desafíos cuando se trata de abordar la sostenibilidad. Es un camino no transitado para muchos y requiere mitigar las inversiones heredadas y reevaluar el éxito y las métricas de ROI. Muchas organizaciones simplemente no saben por dónde empezar.
Recomendamos abordar la innovación dirigida por la sostenibilidad de las siguientes maneras:
- No tapar las grietas, al estilo antiguo que comenzaba por contar. Piensa en los problemas más profundos y sistémicos. Evitar el lavado de cara. Sé honesto.
- Circular. Examina todo el ciclo de vida de tu producto y / o servicio y facilita la colaboración en el camino. Colabora con ONGs, instituciones, consumidores, trabajadores, e incluso competidores.
- Estrategia y Creatividad. La innovación dirigida por la sostenibilidad requiere una combinación de estrategia y originalidad. Es solo con estos dos ingredientes que desbloqueará el éxito comercial y estará preparado para el futuro.
- Nunca pierdas de vista aportar valor al cliente. Evalúa cuáles son los motivadores y las fricciones que inhiben a las personas para que no solo tengan el deseo de ser sostenibles, sino que actúen y tomen decisiones de forma sostenible. Siempre observa, respeta y escucha al cliente y al consumidor.
Y luego está la realidad empresarial, que conocemos bien, ya que tanto para empresas B2C, como B2B las reglas de los negocios no se detienen por tratar de sostenibilidad y responsabilidad corporativa. Las soluciones pragmáticas siguen siendo importantes.
También lo es y mucho el Retorno de la Inversión. Es por eso que como consultoría de empresas nosotros nos podemos asegurar, no sólo de la adecuación de tu misión con una propuesta sostenible X, sino también, de que tu estrategia, operaciones y propuesta de valor para el cliente no solo aborden la sostenibilidad, sino que maximicen las oportunidades que presentan. Desde ganancias de eficiencia hasta ofertas de productos diferenciados.
Un mayor enfoque en la sostenibilidad no sólo puede ayudar a abordar una situación cada vez más urgente, sino también inspirar e impulsar cambios que generan un valor significativo a largo plazo.
Nuestro enfoque garantiza que la sostenibilidad esté integrada en tu estrategia de negocio principal y fortalezca tu negocio. Te ayudaremos a centrarte en las acciones que perdurarán y producirán resultados positivos y valiosos en un espectro completo de problemas críticos de sostenibilidad, desde el cambio climático y el reciclaje de plásticos hasta el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles.
Cualquier enfoque de sostenibilidad debe estar:
- Arraigado en la estrategia central
- Impulsado por el ROI.
- Visionario y pragmático y realizable.
- Adaptado a un mundo de múltiples partes interesadas. Tanto internos (de tu organización), como de sus clientes, como de los agentes sociales.
Entendemos que los problemas de sostenibilidad más desafiantes no se pueden solucionar solos, por lo que te ayudamos a fomentar la colaboración y colaboraciones a lo largo de tu cadena de valor y con otras partes interesadas tan esenciales para lograr el éxito.
Maria Gurrea